viernes, febrero 27, 2009

todo es culpa del maldito logo




manifiesto para la despenalización del top-manta

Las organizaciones sociales, colectivos y personas abajo firmantes queremos hacer conscientes a las autoridades y a la opinión pública del sufrimiento humano, injusto y estéril, con que están pagando los top-manta –último eslabón de una cadena mucho más prolongada- la desproporcionada dureza del Código Penal en materia de delitos contra la propiedad intelectual e industrial. Una vez más, acaban pagando los platos rotos los sectores sociales más vulnerables y precarios.

1.- Sólo en cárceles, sin tener en cuenta los expulsados y encerrados en los CIES (Centros de Internamiento de Extranjeros), hay varias decenas de personas cumpliendo penas de prisión, exclusivamente por exponer y vender en la calle copias de DVD y CD. Por increíble que parezca, la mera exposición en la vía pública es objeto no de una sanción administrativa sino de una condena judicial con pena efectiva de prisión. Nos parece un lamentable despropósito que a nadie beneficia.

2.- Por mala técnica jurídica, el vigente Código Penal no distingue entre los grandes defraudadores y quienes se limitan a vender copias pirata por una pequeña cantidad. Por eso, prevé penas de seis meses hasta 2 años de cárcel y multa que YA están cumpliendo varias decenas de personas en un sobresaturado sistema penitenciario. En el peor de los casos, el perjuicio provocado por este ilícito jamás llega a los 400 euros que se considera límite para otros delitos. En definitiva, según el Código Penal actual puede imponerse más pena por exponer un CD pirata en la calle para sobrevivir que por cometer un robo con intimidación en determinados supuestos

Ante todo ello reclamamos:

I.- AL GOBIERNO DE LA NACIÓN, que proceda de oficio a otorgar el indulto particular total de todas las personas que están cumpliendo pena de prisión por mera exposición o venta al por menor de copias pirata. Asimismo, curse instrucciones a la Fiscalía General del Estado para que deriven su actuación hacia las redes organizadas y no hacia los últimos infortunados eslabones. Finalmente, que el Ministerio del Interior sobresea los expedientes abiertos en razón de este supuesto.

II.- AL PARLAMENTO, que mejore la redacción del Código Penal mediante las modificaciones adecuadas para proporcionar la respuesta penal a su desvalor social en delitos contra la propiedad intelectual e industrial y a la objetividad de la situación concreta de los top-manta, procediendo a la destipificación de los supuestos de escasa importancia, atenuando proporcionalmente los supuestos de menor entidad, etc.

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Slumdog Millionaire...sShh
(¿chabolas y torturas?)






JUAN JOSÉ MILLÁS 27/02/2009

Resulta comprensible la alegría con que en la India se ha recibido el éxito de Slumdog millionaire. Parte de la gloria de ese relato tan perverso como ingenuo les pertenece. Parte de la moraleja también. Suyos son los paisajes y la música y los actores; suya es en gran medida la emoción que ha logrado transmitir a millones de espectadores de todo el mundo. Pero la película empieza con un individuo que está siendo torturado minuciosamente en los sótanos de una comisaría de Bombay y al que no ahorran ninguno de los sufrimientos que todas las dictaduras, y algunas democracias, infligen a sus víctimas. Lo cuelgan, lo ahogan, le meten la cabeza en un retrete, le aplican descargas eléctricas... Por si fuera poco, el individuo ha sido detenido de forma irregular. En realidad, ha sido secuestrado por orden del director de un concurso televisivo. El espectador recibe esa información como normal. Del mismo modo que en el Chile de Pinochet te podían arrojar al mar desde un avión o en la Norteamérica de Bush te podían trasladar a una cárcel secreta, en la India actual -según Slumdog millionaire- puedes ser raptado por la policía en medio de la calle y desaparecer. ¿No ha visto nadie esa parte de la película? ¿Han telefoneado los periodistas que cubrían la gala de los Oscar a los embajadores de la India en sus respectivos países para que confirmen o desmientan la veracidad de tal información? ¿Ha habido alguna protesta diplomática por parte de las autoridades de aquel país? ¿El Oscar se ha entregado a lo que la película tiene de denuncia de la tortura o a lo que tiene de exaltación de la pobreza? ¿Ha exigido el Gobierno indio alguna rectificación? Por lo visto, las autoridades se han limitado a retirar temporalmente de la miseria a los niños actores. Queda por saber si han liberado a la gente secuestrada en las comisarías.