Cuando el sol lamió el albaicín,
vi llorar licora una castañuela.
Fue toda la virtud gitana contra la mía,
que en tres sevillanas de brazos pitón,
sudó agria canela por axilas, busto y vientre.Miel ponzoñosa para el delirio.
Dulce diablo de la caña.Bajo el sol del albaicín,
dormiría esa nostalgia de ida y vuelta.
Esclava de su cadencia, daría todoa esa mujerpor un ronco gemidode su soberbia calé
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